Para los amantes del reciclaje y de las manualidades a partir de esos objetos que nadie quiere, es muy reconfortante ver el resultado final obtenido tras muchas horas de trabajo, pero más aún es cuando en ese trabajo interviene toda la familia, por muy corta edad que pueda tener alguno de sus miembros. Muchos ven este tipo de trabajos una forma distinta de unir más aún a las familias, a la vez que se consigue algo sorprendente utilizando para ello materiales que a primera vista podríamos pensar que únicamente valen para tirarlos a la basura. Esto es lo que hicieron la familia protagonista de nuestro blog, una familia que tuvo una brillante idea para reciclar un gran número de pallets de madera que iban ser tirados a la basura. Esta idea no fue otra que utilizarlos para cambiar el suelo de su vivienda.
El proceso no fue nada sencillo, ya que para llevar a cabo todo este proceso, tuvieron que trabajar 18 meses, un trabajo que no se hizo nada pesado porque sabían que al final el resultado valdría la pena.
A continuación os dejamos todo el proceso que tuvieron que realizar hasta ver como esos viejos pallets de madera se convirtieron en un piso sorprendente.
El producto estrella de todo este proceso eran los pallets de madera, y en cuestión estos que podéis ver en la foto, bueno estos y otros muchos que no aparecen, que habían sido utilizados para transportar aceite de coco a los Estados Unidos y que tras su uso, su próximo destino era la basura. Esta familia no lo vio así, y pensó que aún tenía mucho potencial, por lo que se los llevaron a su casa para ser utilizados en la creación de su «gran obra familiar».
El primer paso de todo este proceso era quitar todos los clavos que tenían estos pallets. En este trabajo toda la familia ayudó dentro de sus posibilidades desde los mayores hasta el más pequeño, todo con la intención de dejar todas las tablas sueltas.
El resultado final de esas horas quitando clavos fueron más de 9.000 de estos pequeños objetos que estorbaban para el objetivo de crear un nuevo piso con esa madera.
Una vez retirados todos los clavos de las maderas, el siguiente paso fue el de cortar, lijar y pulir cada una de esas tablas para conseguir de esta forma un mejor acabado. Este fue uno de los pasos más importantes ya que permitió hacer una criba y desechar todas aquellas tablas que tuvieran algún tipo de problema.
El lijado de las tablas fue un proceso largo y laborioso, por lo que la familia tuvo que tirar de contactos y amigos para que les ayudasen en este proceso. No sabemos muy bien como les recompensaron pero seguro que no faltó la cerveza fresquita durante cada descanso.
Una vez que todas las piezas estuvieron listas, era hora de empezar el ensamblaje de todas ellas al suelo de la vivienda.
Esta etapa requirió de mucha paciencia ya que en cada momento era necesario encontrar la tabla que mejor se adaptaba a cada hueco.
Aquí todo el mundo tenía algo que hacer, incluso los más pequeños, que encontraron un nuevo modo de entretenimiento, incluso para crear sus propias construcciones.
Una vez colocadas todas las tablas, se le pulió todo el suelo y se barnizó para darle un toque muy profesional.
Debido a que el color de las tablas no eran iguales, el resultado final fue asombroso debido a esta combinación de colores.
Vía: Wimp
